DESTRIPACUENTOS
Por Antonio Callejo
+ Ironías en la celebración de Morena: poca convocatoria, falta de simpatizantes y la sombra Verde en el horizonte político
+ Del llamado de la gobernadora, líder moral de ese partido a hacer trabajo: “de territorio y de escritorio”, pasaron a ser el partido “del jolgorio”. Puras fiestas hacen
Cancún, Quintana Roo. – En un curioso giro de acontecimientos, el partido político más importante de México y el mejor posicionado en Quintana Roo, Morena, celebró su doceavo aniversario en el estado con una reunión íntima a la que asistieron apenas unas 200 personas.
Este hecho ha despertado ironías y especulaciones sobre la distancia entre la alta dirigencia política y la base ciudadana, desafiando el espíritu inicial del movimiento, que promulgaba ser un partido de cercanía territorial y participación ciudadana.
La celebración contó con la presencia de fundadores de Morena, funcionarios legislativos y burocráticos, así como beneficiarios del voto ciudadano. Sin embargo, resulta intrigante que la convocatoria no haya logrado atraer simpatizantes, más que beneficiarios de la burocracia partidista.
Bailaron y cantaron sin la ciudadanía al ritmo de un mariachi, para celebrar su inclusión en las nóminas estatal, municipales, así como de las cámaras legislativas federales y estatal.
Sus continuas fiestas evidencian una disonancia entre la dirigencia y la base que alguna vez abrazó con fervor las promesas de cambio y transparencia.
A esa celebración de hace pocos días, ni siquiera asistió la dirigente estatal morenista, Johana Acosta Conrado, cuyos actos políticos más importantes son exactamente `fiestas´. Las más, en círculos íntimos y a cuenta del erario del municipio de Felipe Carrillo Puerto, cuyo gobierno preside su pareja, Maricarmen Candelaria Hernández.
El estilo es una continuación del ex dirigente estatal, Humberto Aldana, cuyo desempeño ahora como líder del Congreso se ha tornado aún más gris.
Esta escasa convocatoria contrasta con la histórica fortaleza que Morena ha tenido en la región. Quintana Roo ha sido un bastión para el partido en el pasado, pero algunos observadores señalan que su alianza con el Partido Verde en la entidad está generando tensiones internas y desafíos en la asignación de candidaturas de cara a las elecciones de 2024.
Morena, que en sus inicios promulgó ser un movimiento de territorio, parece haberse desviado hacia un enfoque más festivo, dejando de lado la esencia de su origen. Las múltiples celebraciones en lugar de acciones políticas contundentes podrían estar indicando una pérdida de espacios y un alejamiento de sus bases.
Es un llamado de atención para un partido que alguna vez encarnó la esperanza y la fuerza del cambio en México, ahora eclipsado por la sombra de una celebración en «cortito», cuestionando su compromiso real con el pueblo y su capacidad para mantener su dominio político en un escenario cada vez más competitivo.