DESTRIPACUENTOS
Por Antonio Callejo
+ La sintonía de Mara Lezama con Claudia Sheinbaum tiene como eje el pensamiento social-económico, bajo el concepto de la “prosperidad compartida”
Cancún, Quintana Roo. – Es innecesario afirmar que la gobernadora, Mara Lezama, tiene una excelente relación con el presidente Andrés Manuel López Obrador. Fue él quien la propuso como candidata a la presidencia municipal en su primer periodo, y de allí la mandataria ha gobernado de su mano, acompañándola incluso con un inédito paquete de obras para el estado, sin contar el emblemático Tren Maya.
Pero, ¿cómo es la relación de Mara con la virtual presidenta electa, Claudia Sheinbaum?
Es evidente que la gobernadora se la jugó desde el principio con la ex jefa de gobierno, desde que figuró en el corcholatario.
De que hay una excelente relación, no hay duda.
Es relevante decir que la gobernadora adoptó temprano en su mandato el concepto de la llamada “Prosperidad compartida”. Y no es menor. El discurso de su campaña a la gubernatura, dejó en claro que tiene una idea bien clara del diagnóstico de la distribución de los recursos económicos, y la manera con la cual, desde el poder, se puede incidir para hacer realidad los cambios que contribuyan a una mejora en la calidad de vida de los que más lo necesitan.
Pues bien, ese concepto es parte fundamental del pensamiento socio-económico de quien ocupará la presidencia de México, a partir del próximo uno de octubre.
Veamos: En uno de sus actos de campaña en Baja California, Sheinbaum dijo:
“Tenemos que tener una mínima planeación que nos permita decir en dónde van a ser las inversiones, cómo las vamos a hacer, de tal manera que el desarrollo no solo sea medido como crecimiento del PIB o como Inversión Extranjera Directa con los grandes valores macroeconómicos; sino también cómo construimos bienestar y por eso hablo de prosperidad compartida».
Como se ve, Mara Lezama está en sintonía con la virtual presidenta electa, hace tiempo.
Pero, ¿qué es la “Prosperidad compartida”?
La «prosperidad compartida» es un concepto que se refiere a la distribución equitativa del crecimiento económico entre todos los segmentos de la sociedad, con especial atención a mejorar las condiciones de vida de los grupos más desfavorecidos. Este enfoque busca no solo el crecimiento económico en términos generales, sino también asegurarse de que los beneficios de dicho crecimiento se repartan de manera que reduzca la desigualdad y promueva el bienestar de todas las personas.
Uno de los principales organismos que han promovido y definido este concepto es el Banco Mundial. Según el Banco Mundial, la prosperidad compartida se mide evaluando el crecimiento del ingreso del 40% más pobre de la población en un país. La idea es que para que una economía sea verdaderamente inclusiva, el crecimiento económico debe beneficiar a todos los sectores de la sociedad, no solo a los más ricos.
El Banco Mundial destaca que la prosperidad compartida implica políticas que fomenten el acceso equitativo a oportunidades económicas, educación de calidad, servicios de salud, y una infraestructura adecuada. También promueve la creación de empleos decentes y la protección social para reducir las vulnerabilidades económicas.
En resumen, la prosperidad compartida es un enfoque de desarrollo que busca asegurar que el crecimiento económico beneficie a todos los segmentos de la sociedad, especialmente a los más desfavorecidos, y es un concepto promovido y medido por organismos internacionales como el Banco Mundial.