DESTRIPACUENTOS
Por Antonio Callejo
Si la senadora no ha entendido a estas alturas que todo el proceso de selección de candidatos fue elaborado y dirigido con precisión para atajarla, entonces no ha entendido nada. Su impugnación, lo sabe, es improcedente porque no milita en Morena
Cancún, Quintana Roo. – La voz y la influencia de Marybel Villegas en Morena, y en general en el nuevo escenario político, se devaluó de golpe en un 90 por ciento. Quizás más.
Si en algún momento fue un referente que impuso agenda, incluso, al propio gobierno del estado, en las nuevas circunstancias está totalmente fuera de la órbita de las decisiones importantes, y muy lejos también de la ruta de Morena hacia la gubernatura.
Es importante enfatizarlo: La inconformidad de la senadora, luego de no obtener la candidatura de Cancún, desde donde pretendía ir a la del gobierno del estado en 2022, sencillamente no tendrá ningún desenlace que le ayude a reencauzar esa batalla.
Ella no es militante de Morena. Es una externa, una invitada.
Luego entonces, la respuesta a cualquiera de sus impugnaciones no tiene manera de prosperar. Las reglas internas son para los de casa.
Claro que es una situación en la que la senadora ha estado numerosas veces. Y en esas anteriores ocasiones, encontró el cobijo de proyectos alternos que le ayudaron a lograr sus objetivos.
Escaló de puesto en puesto, sin más dificultad que cambiarse el color de la camiseta.
Pero hoy es enteramente distinto.
Fuera de Morena, el nombre de Marybel no tiene valor.
Sus gritos destemplados, sus berrinches estentóreos, magnificados por sus panegiristas y por unas redes sociales ávidas de los pleitos que suele protagonizar, hoy son un gemido ahogado, tímido y estéril.
Así lo decidieron los altos mandos de Morena, con las encuestas que bien podrían no existir.
¿A dónde irá la senadora?
Bueno, irá al despeñadero.
A dónde siempre se dirigió, sin darse cuenta.
Marybel Villegas es como una acróbata de motocicletas, que cada vez hace una pirueta más peligrosa. Le salieron bien muchas y fue celebrada por eso.
Pero, como en las motocicletas, un error de cálculo siempre es fatídico.
En Morena esperaron hasta el límite de los tiempos para que Marybel no tuviera alternativa clara.
Si no ha entendido a estas alturas que todo el proceso de selección de candidatos fue elaborado y dirigido con precisión para atajarla, entonces no ha entendido nada.
Ya se ocuparon las candidaturas que quería, y por tanto su margen de maniobra es nulo.
Puede seguir en su escaño hasta el 2024, para terminar el periodo para el cual fue electa.
Pero queda en el camino la amarga derrota y ese sello de carta vencida.
Es cierto que en política todo puede pasar.
Queda muy poco tiempo, sin embargo, para que la senadora recomponga su discurso de una candidata derrotada dentro de Morena.
En Cancún, al menos, un lector avezado puede darse cuenta de que las fuerzas políticas más importantes, se confabularon en favor de Mara Lezama pero, sobre todo, en contra de Villegas Canché.
Hay actores que recibieron una bocanada de aire fresco en esta nueva fotografía, pero tendrían que remontar sus posibilidades con mucha imaginación y alianzas que no tienen aún.
Luis Alegre, el nuevo representante del presidente para el Tren Maya en el estado, y José Luis Pech Várguez, son los nuevos actores de este episodio.
Si ocurre algo notoriamente trascendente, que rompa la inercia actual, tendrían alguna oportunidad. No es improbable que suceda.
Pero por lo pronto, quienes eligieron a Mara, lo hicieron en un grado importante para reducir a Marybel Villegas a lo que es actualmente: la primera perdedora.
Su voz y su mensaje ya no tienen fuerza. @AntonioCallejo 16.03.2021
Completamente certero, no siempre coincido contigo, pero hoy es un tiro de precisión extraordinario…