Las égidas de AMLO y Mara, alcanza para casi todas y todos los candidatos

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Por Antonio Callejo

Cancún, Quintana Roo. – Égida es una palabra muy linda, de origen griego, que significa literalmente `escudo o rodela´, en este caso uno específicamente labrado para Zeus, el cual le brinda invulnerabilidad. Entonces, la voz se utiliza para indicar que alguien o algo se encuentra bajo la protección imbatible de alguna fuerza.

Las candidatas y candidatos de Morena cuentan desde su arranque con la fuerza de la marca, que no es otra cosa que el sustento que mana de la fuerza y posicionamiento de su líder moral, Andrés Manuel López Obrador, y en este caso con el añadido de una gobernadora de gran capacidad, de vibrante presencia en medios y con una poderosa gestión de resultados a la vista desde su llegada al encargo.

Luego entonces, el factor sorpresa está reducido al mínimo. Las y los candidatos morenistas a senadores, diputados federales, diputados locales y ayuntamientos, en el caso de los cargos federales y estatales en juego, tienen amplias posibilidades de triunfo, con muy pocos matices.

Si acaso, esos `matices´ se encuentran en los municipios Cozumel y Solidaridad, donde Morena si requiere, además de la marca y de ese plus que le aportan AMLO y Mara, de una operación al detalle fino.

En el primero, para unir a los votos de todos los aliados, porque la diferencia es de apenas pocos miles de sufragios. Se puede decir que allí, si falla el activismo naturalmente o, deliberadamente, se incrementan las posibilidades de PAN,PRI y PRD. Porque allí si habrá alianza.

En Solidaridad (Playa del Carmen), el grave reto de Morena es poner en sincronía a numerosos actores y factores políticos que no comulgan entre sí. Aquí estará en juego, si quiere la gobernadora, su capacidad y fuerza política. Más de una docenas de liderazgos que podrían colaborar, pero que se ven a sí mismos como indispensables y dignos de un jugoso trato de retribución. Llevar a Estefanía Mercado a ganar, podría salir más caro que dejarla en su real dimensión.

Y es que aquí hay que entender que algunas y algunos candidatos, la mayoría, no aportan más que la marca de partido.

Al contrario. En vez de sumar y jalar, son lastres. Y aún así, como se explica en este texto, tienen posibilidades de ganar.

Un ejemplo de lo que se está abordando, es el caso de la senadora Marybel Villegas Canché, quien finalmente entendió que se cerró las puertas de su continuidad en ese partido, desde que trató de convertir su relato en una épica personal. Sigue creyendo y diciendo que fue la senadora más votada, cuando en realidad se benefició de la imponente ola que generó la campaña de AMLO.

Es muy fácil señalar desde ahora quiénes no aportan.

Y que aún así tienen chance de ganar la elección.

En primer lugar, Humberto Aldana Navarro, un político `mexicanero´, –ojo, no mexicanista–, profundamente ignorante, que tuvo un desastroso paso por la XVII Legislatura. Se le cuentan errores garrafales, entre ellos empoderar a Aguakán, fusilarse un texto de su antecesor que dañaba a su partido, al presidente y a la gobernadora, pasearse por el país a cuenta del erario, y algo gravísimo: promover una Ley discriminatoria e inconstitucional.

En Chetumal y Felipe Carrillo Puerto, dos presidentas municipales que intentarán reelegirse, y cuyos resultados están completamente ocultos por sus excesos y frivolidades. Yensunni Martínez y Mary Hernández, más interesadas en contar sus vidas personales, que logros en sus encargos.

Otra presidenta municipal que, si bien abanderada por el Verde –como aliado de Morena–, se apresta a ir a la reelección, antes rendir cuentas por su sospechosa gestión, es Blanca Merari, presta nombres del verdadero jefe político en Puerto Morelos, Abraham Masegosa.

Aportan a la campaña, o al menos no con negativos, Eugenio Segura Vázquez, quien fue secretario de Finanzas y Planeación en este gobierno de Mara Lezama.

El nobel político viene de una pre campaña pulcra, cuidando todos los detalles de sus mensajes, en los que ha construido la imagen de un joven disciplinado, académicamente bien preparado, miembro de una familia con valores sólidos, y con una meta clara de colaborar en el qué hacer público de su estado. No se le puede reprochar algo.

Su palmarés incluye, como responsable asignado por la gobernadora Mara Lezama, haber puesto en orden un desastroso panorama en las finanzas públicas, producto de un manejo más que miserable por parte de Carlos Joaquín González, quien sacrificó a los proveedores, para financiar su boato de último príncipe de Cozumel. Dejó una monumental deuda de más de 20 mil millones de pesos a instituciones bancarias, más poco más de siete mil millones de `pasivo circulante´, que no es otra cosa que deuda a proveedores. Se sabe que en la actual administración, ya se cubrieron casi la mitad de esos compromisos.

Volviendo a los ayuntamientos, En el caso de Benito Juárez (Cancún), Ana Paty Peralta ha hecho un trabajo denodado, fuera de excentricidades, muy centrado en una agenda que le había enfilado Mara Lezama antes de dejar ese cargo para ir por la gubernatura.

La cancunense procura un trabajo cercano a la gente y las encuestas que se conocen le brindan amplias posibilidades de ser reelecta. No se ve que vaya a tener algún problema.

Se debe mencionar el caso de Anahí González, quien fue designada candidata al senado con la afirmativa de pertenecer a algún pueblo indígena. Antes ganó, con la marca y la narrativa de AMLO, una diputación federal. Es altamente probable que gane la senaduría, pero también queda la impronta de que resta más que sumar.

Mildred Ávila Vera, sin duda, un referente político que cuenta con trabajo político y un arraigo entre sectores vulnerables. Ya fue diputada federal. Tiene experiencia y trayectoria. 04.04.2024 @AntonioCallejo

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