
DESTRIPACUENTOS
Por Antonio Callejo
Un Acapulco devastado y sin capacidad de erguirse totalmente hasta la fecha es el resultado de la falta de enfoque federal, y de la impreparación de Evelyn Salgado, la cara del gobierno de Félix Salgado
Cancún, Quintana Roo. – Con este huracán tempranero en la temporada, el gobierno federal, con una funcionaria gris y escasamente preparada, quedó en evidencia. Fue francamente indispensable la presencia su titular de Protección Civil en esta situación de emergencia por el paso del ciclón Beryl. Mara Lezama les pasó por encima.

La diferencia en los resultados al paso de los huracanes Otis, en Acapulco en meses pasados, y Beryl, en Quintana Roo, esta semana que termina, la hizo la gobernadora Mara Lezama, con un trabajo ordenado, con dedicación y sujeto a los protocolos relaciondos con desastres naturales. Saldo blanco aquí, y una maquinaria echada a andar para la recuperación inmediata.
Al menos en temas de protección civil, la realidad nos muestra que la 4T no es un monolito. Hay diferencias y sus resultados son notorios.

El Huracán Otis devastó el Puerto de Acapulco causando pérdidas humanas y daños significativos en la infraestructura turística. Entonces, y a pesar de los informes sobre la cercanía del huracán, las autoridades estatales y federales no tomaron control oportunamente.
Los funcionarios del estado estaban ocupados en una Convención Minera, y la evacuación comenzó tarde, con convencionistas y medios atrapados durante el huracán. Esto evidenció una falta de preparación y coordinación en la respuesta ante emergencias, reflejando una gestión ineficaz por parte del gobierno de Guerrero, pero también del gobierno federal.
Huracán Beryl en Quintana Roo
Por otro lado, la respuesta ante el Huracán Beryl en Quintana Roo fue notablemente diferente. La gobernadora Mara Lezama implementó una campaña de prevención y evacuación eficiente y amplia, siguiendo los protocolos de protección civil.
Desde días antes de la llegada de Beryl, Lezama trabajó con los alcaldes locales para convencer a las familias de trasladarse a refugios seguros. Además, se suspendieron clases y actividades con suficiente antelación, y se estableció un centro de mando en Tulum para coordinar las acciones de emergencia.
La preparación y la comunicación fueron claves en la gestión de Beryl. La banca suspendió operaciones en sucursales pero mantuvo activa la banca móvil, demostrando una adaptación rápida y efectiva a la situación.

La comparación entre la gestión del Huracán Otis y el Huracán Beryl evidencia diferencias significativas en la efectividad y preparación de las autoridades locales.
En Guerrero, la falta de una respuesta coordinada y oportuna resultó en un manejo desastroso de la situación. En contraste, la gestión de Mara Lezama en Quintana Roo, con una campaña de prevención robusta y una respuesta rápida, resultó en un saldo blanco y mínimas afectaciones.
Analistas y periodistas como Joaquín López Dóriga han señalado esta diferencia, destacando a Mara Lezama como una gobernadora a la altura de las circunstancias, en contraste con la gestión en Guerrero. Esta comparación demuestra que dentro del mismo partido, Morena, y la Cuarta Transformación (4T), hay diferencias notables en la capacidad y eficiencia de los funcionarios.
El manejo del Huracán Beryl en Quintana Roo es un ejemplo de cómo una respuesta rápida y coordinada puede mitigar los efectos de un desastre natural. La gobernadora Mara Lezama mostró liderazgo y eficacia, lo que contrasta fuertemente con la gestión del Huracán Otis en Guerrero. Esta comparación subraya la importancia de la preparación, la coordinación y la comunicación en la gestión de emergencias, y destaca cómo la efectividad de los funcionarios puede variar significativamente incluso dentro del mismo partido político.