Que nadie se diga sorprendido, porque ya saben a lo que van

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Por Antonio Callejo

El proceso de asignación de candidaturas en Morena se ha afinado tanto, que ya se parece al que utilizó el PRI en su época de esplendor. Por eso, no debería nadie presentarse a esta criba de forma ingenua.

Serán candidatos y candidatas aquí en Quintana Roo quienes pasen por cuatro tamices muy concretos, donde los más subjetivos tendrán el mayor peso. ¿Cuáles son?

Pues bien, para empezar por lo menos importante hay que mencionar a la, o las, encuestas. Luego siguen las variables que implica la alianza con otros partidos, o sea el Verde y PT; también el género y finalmente pero determinante, la llamada `valoración política´.

Esta última será determinante.

Incluye, obviamente, el derecho de veto. Y claro que habrá vetados y vetadas.

Una excelente referencia es lo que sucedió con la elección de Claudia Sheimbaum, y en la CDMX, con Clara Brugada.

Ambas elecciones se decantaron por el dedo del presidente, Andrés Manuel López Obrador.
Para empezar, de nada valieron las encuestas. Claudia ganó con la ayuda de carretonadas de recursos públicos. Lo denunció públicamente Marcelo Ebrard.

Es la `defensora de la Cuatro Te´ con la venia presidencial. No se necesitaba más.

Clara Brugada, de la misma manera, no ganó las encuestas. Ganó Omar García Harfuch, quien era el favorito de Sheimbaum. Otra vez el peso del presidente.

Luego entonces, quienes se han registrado para contender por algún cargo en estas elecciones, debe entender desde ahora que pesará sobre todo la `valoración política´, y por tanto, la decisión de quienes participen de ese cónclave.

Son 11 presidencias municipales con decenas de regidores, tres senadurías, cuatro diputaciones federales, 15 diputados locales de mayoría y otros 10 plurinominales.

Hasta donde se conoce, todas y todos los presidentes municipales identificados con Morena, irán a la reelección.

Por las senadurías irán Anahí González y Eugenio Segura, en la primera fórmula, y siglado únicamente por el Verde, Pablo Bustamante en la segunda fórmula. Esto es, según los entendidos, porque en este partido aliado de Morena, tienen la certeza de alcanzar el triunfo o, en su defecto, ganar por la vía de la primera minoría.

Hay que recordar que el Verde tiene buenos números desde la elección pasada. Se dio el caso donde le ganó a Morena una diputación local, y otros distritos dio una sorprendente batalla. Sorprendente para los morenos.

A estas alturas, Morena ya afinó tanto sus procesos internos, que se parecen a aquellos tiempos de esplendor del priísmo, cuando todo se decidía en los círculos más reducidos del poder, y funcionaba. Había poquísimas quejas, pues de alguna manera se hallaban maneras de compensar a todos y a todas.

Se calcula que sí habrá un sonoro berrinche –sería el tercero o cuarto–. Y a quienes nos gusta el drama, pues queremos verlo.

Así será en este proceso. @AntonioCallejo 10.12.2023

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