Salim Abraham Achach, el presidente municipal que nunca fue y que por tanto no murió en funciones

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Por Antonio Callejo

Cancún, Quintana Roo. – Con el fallecimiento de Marciano Dzul Caamal, en la historia de Quintana Roo, suman dos presidentes municipales que mueren en funciones. El primero fue Hernán Pastrana, quien al igual que el tulumense, gobernó en dos ocasiones su municipio natal, Othón P. Blanco.

El dato es interesante por varias razones, y tienen una relación estrecha con el desarrollo de la democracia en el estado.La flama vital de ambos políticos dejó de vibrar por causas naturales.

Los dos surgieron del Partido Revolucionario Institucional (PRI), donde tuvieron la suerte de vivir la mejor época de ese partido, y de la misma manera fueron testigos del declive y hasta la decadencia del otrora poderoso partido de Estado.

Fueron presidentes municipales de sus demarcaciones bajo esas siglas en su primer periodo.Con una astucia notable, se les debe reconocer, tanto a Hernán Pastrana como a Marciano Dzul, que lograron trascender la debacle nacional y local del priismo, para montarse en la nueva ola política del partido del presidente, Andrés Manuel López Obrador: Morena.Alcanzaron sendas presidencias municipales por segunda ocasión, flameando la bandera guinda, y lograron triunfos inobjetables.

Sus liderazgos no dejaron sombra de duda.Ahora bien, resulta obvio que ellos claro que tenían conocimiento pleno de su estado de salud, y por tanto de la posibilidad de que su deterioro introdujera el riesgo de su incapacidad para terminar este segundo periodo.

La ausencia total de un presidente municipal, o de cualquier otro funcionario electo en las urnas, abre el juego sucesorio a infinidad de posibilidades e intereses. Las especulaciones anteriores al deceso de Marciano Dzul, son una evidencia de las presiones, naturales, en la lucha por el poder.En este punto es oportuno viajar brevemente al pasado para entender por qué estos sucesos deben observarse como un avance democrático.

El primer presidente municipal que no murió en funciones, aunque suene extraño, fue el notable político Salim Abraham Achach.Y no murió en funciones porque sencillamente nunca fue presentado por su partido, el PRI de sus mejores tiempos, como candidato en Benito Juárez (Cancún), aunque claramente se lo merecía, como se cuenta en todas las mesas de la grilla local.

En esos tiempos, fue menester declarar, tanto a las dirigencias del PRI, como a la Secretaría de Gobernación, el estado de salud de sus adeptos. Eran tiempos de un férreo control en un partido que no tenía, entonces, ninguna diferencia con el gobierno.

Salim Abraham siempre fue mencionado con eventual candidato a la presidencia municipal de Benito Juárez (Cancún), pero en los círculos del Poder se sabía de la fragilidad de su corazón.El colega Justo May Correa escribió una breve ficha geográfica que es posible leer en el portal oficial del gobierno municipal de Benito Juárez.

Se lee:Salim Abraham Achach, ingeniero industrial por el Tecnológico de Mérida, con maestría en Administración de Empresas por el Tec de Monterrey y piloto aviador, fue un personaje indispensable en las dos primeras décadas de los inicios de la ciudad de Cancún.

Nacido en Mérida el 31 de mayo de 1952 y fallecido en la misma ciudad el 31 de diciembre de 1996, Salim Abraham Achach fue uno de los primeros presidentes de la Cámara de Comercio de Cancún, miembro de consejos de administración de instituciones bancarias y empresariales, coordinador ejecutivo del gobierno del estado en la zona norte, dirigente del CEPES del PRI y diputado local, entre otras muchas encomiendas.

En su momento, escuché personalmente el relato de cómo y por qué el PRI, sus dirigentes de aquél entonces, le hicieron saber a Salim Abraham que su delicado estado le impedía ser presentado como candidato.

Como cuenta Justo May, falleció el 31 de diciembre de 1996.Hoy se sabe que sí pudo haber cumplido el periodo si se hubiera presentado en el proceso de 1992.Sin embargo, las reglas de la época no le permitieron a él ni al juego democrático abierto, ser presidente municipal, aunque trabajó mucho por eso.

Marciano Dzul y Hernán Pastrana, no enfrentaron esa limitante para presentarse en un segundo periodo.

Ahora, es natural que habrá una serie de acomodos, choques quizás, entre la clase política de Tulum, donde Marciano gobernaba y mantenía un orden político a toda prueba.

Por eso, estas ausencias totales son parte del desarrollo democrático de Quintana Roo. www.callejotv.com @AntonioCallejo

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