Miles vienen al paraíso llamado Cancún, cargados de ilusiones, de esperanzas, pero muchos no lo encuentran teniendo una sensación de derrota, cayendo en una depresión triste. Estudios realizados revelan que en los trabajadores turísticos ha incrementado los niveles de ansiedad, depresión y violencia. «La felicidad de los turistas que nos visitan es directamente proporcional a la tristeza de los empleados que los atienden».