La necesaria carambola perfecta de tres bandas para el 2027

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Por Antonio Callejo

+ Ana Paty Peralta, Eugenio Segura, Diego Castañón, Estefanía Mercado, cada uno traza su juego, hace alianzas y avanza

+ Mara Lezama, con una posición envidiable para cualquier gobernadora o gobernador del país. Homenajeada en el 50 aniversario del estado

Cancún, Quintana Roo. – Las elecciones pasadas inauguraron la carrera por la sucesión en el gobierno del estado. Ninguna sorpresa. Es algo que se esperaba. Los ingredientes novedosos, sin embargo, son que la competencia se restringe a los miembros del partido gobernante, Morena, y una aparente nueva máxima en el sentido de que sí hay que `moverse para salir en la foto´.

Es interesante el contexto, que también ofrece matices nunca antes vistos en los procesos sucesorios locales.

En primer lugar, en la marca de salida se debe dejar en claro que la gobernadora, Mara Lezama, mantiene intocado su amplio halo de lideresa de la clase política, con una influencia a toda prueba en la inercia de su gobierno, con una presencia que llena todos los espacios de comunicación y de ejercicio del poder.

Y la asunción de una dirigencia nacional extraordinariamente potente, como quizás esa sí no se habría visto ni en los mejores tiempos del PRI, enriquece un escenario de más resistencia para a las y los aspirantes.

Luisa María Alcalde y  Andrés (`Andy´) López Beltrán, dejaron en claro durante su visita al estado, que serán duros jueces a ser convencidos de los méritos de quienes aspiren a cargos de elección popular, no nada más para quienes busquen la gubernatura.

Cierto que plantearon a las encuestas como el filtro importante, pero nadie es ingenuo a estas alturas. Ambos blanden el espíritu `genuino´ del obradorismo, sin duda porque son los herederos autorizados de una senda subjetiva que ellos irán marcando, de manera que nadie sin su visto bueno podría trascender en el escenario electoral.

Luego entonces, la ruta hacia la candidatura para suceder a Mara Lezama, pasa forzadamente por esos tres filtros. Se debe ejecutar, sin margen de error, una carambola perfecta de tres bandas. Hay que quedar bien con los tres grandes detentadores del poder morenista. Mara, la dirigencia nacional y las encuestas.

De momento, y así lo señalan todos los analistas y observadores, están enfilados la presidenta municipal de Benito Juárez (Cancún), Ana Paty Peralta, quien no sólo sigue la misma ruta de Mara Lezama, sino que es beneficiaria directa de la inercia que le marcó ésta en su gobierno de trienio y medio, además de un cuidado a detalle fino en el que la gobernadora cuidad del municipio como quien cuida además de su legado.

Ana Paty tiene a su favor energía y trabajo denodado, con atención muy precisa de la operatividad de la ciudad. Algo que valoran mucho los cancunenses. Los servicios, como la recolección de la basura, la agilidad vial, desazolve de pozos de captación pluvial, no se han convertido en problemas críticos, como solía ocurrir en tiempos pasados.

También se cuenta al senador Eugenio `Gino´ Segura Vázquez, quien ganó tiempo desde su campaña a ese escaño, para presentarse como una clara opción a la gubernatura. Con un accionar vigoroso, se involucra cotidianamente en numerosas acciones de la sociedad civil, con tiros de precisión mediáticos e inatacables.

Cruzadas para promover el cuidado animal, la siembra masiva de árboles, activismo con grupos de jóvenes, y una muy visible campaña para establecer alianzas con actores nacionales, a quienes les ha manifestado claramente sus intenciones de ser la opción para 2027.

Construyó un espacio de comunicación, un `Podcast´, en donde trabó, por ejemplo, relaciones con Marcelo Ebrard, Adán Augusto López y la propia ex ministra Olga Sánchez Cordero. Con cada uno conversó de sus aspiraciones, escuchó consejos y oyó también propuestas de proyectos personales de cada uno de esos actores. Hizo política, pues.

Con un `timing´ que para algunos, como dijo en su momento el ex gobernador Félix González Canto, parecería muy adelantado, el senador está claramente dispuesto a enfrentar las patadas a la espinilla que con toda certeza vendrán de parte de quienes lo vean como un competidor fuerte.

Y es que ese es un escenario ineludible.

Nadie puede negar que la batalla será entre morenistas, y nadie tampoco puede garantizar que será tersa.

Más recientemente, con una astucia que va mostrando de forma paulatina pero a paso firme, el presidente municipal de Tulum, Diego Castañón, estableció una curiosa alianza con el coordinador de los diputados morenistas, Ricardo Monreal.

El zacatecano desechó de plano a su ahijada política en el estado, Marybel Villegas Canché, quien no supo entender el valor de las alianzas, ni de los compromisos empeñados, y víctima de su propia pasión desbordada, no leyó las señales del nuevo escenario que se construía ante sus ojos.

El punto es que Diego Castañón es el nuevo ahijado de Ricardo Monreal, quien visita Tulum cada vez que puede –atendido a cuerpo de rey él y sus allegados–, y quien lo atiende cuando el presidente tulumense viaja a la CDMX, como sucedió esta semana durante la celebración del 50 Aniversario del estado en la Cámara de Diputados.

En esta carrera otras y otros han manifestado su intención de colarse en la lista de finalistas.

La presidenta municipal de Solidaridad, Estefanía Mercado, se propuso un plan de gobierno con acciones rotundas y mediáticas.

Su plan de 100 días incluye sentar las bases de grandes obras, con un presupuesto también importante, y aprovecha su juventud para administrar también una agenda mediática llamativa. Sabe lo que quiere y va por ello.

MARA LEZAMA, UNA BIENVENIDA ENVIDIABLE EN CDMX

¿Qué gobernador o gobernadora podría presentarse en la tribuna de las Senadores y de Diputados, para ofrecer un mensaje y recibir un claro homenaje de la clase política de su estado?

Se antoja inimaginable, por ejemplo, que la gobernadora de Guerrero, Évelyn Salgado, o el de Sinaloa, Rubén Rocha Moya, puedan siquiera presentarse en un escenario como ése sin recibir un tumultoso reclamo o una sonora rechifla.

Es muy complicado gobernar cualquier estado del país sin enfrentar una oposición política y reclamos ciudadanos contundentes.

Por eso llama la atención el recibimiento que tuvo Mara Lezama en la CDMX, donde además de contar con espacios de calidad para celebrar por todo lo alto el primer medio siglo de vida de la entidad, ella misma fue el centro de un reconocimiento por parte de los legisladores de todos los partidos.

Le fue muy bien.
Y eso, a dos años de su mandato, es un reflejo de un poder muy saludable.

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