ANÉCDOTAS Y REFLEXIONES: El Teléfono del Gobernador

Gobernador Miguel Borge Martin anuncia en conferencia de prensa la creación de la universidad 1990

Por Miguel Borge Martín

Siempre será importante para un político y, desde luego, para cualquier servidor público, mantener la mejor comunicación posible con quienes lo eligieron y con quienes tienen derecho a ser debidamente atendidos. /Aun cuando en mis tiempos de Gobernador, de Abril de 1987 a Abril de 1993, no existían los celulares como un instrumento de comunicación personal, era importante manejar el teléfono (que es como conocíamos a los que hoy llamamos teléfonos fijos) de la mejor manera posible, para que las personas que requerían hacerme llegar alguna petición, o algún planteamiento, pudieran hacerlo.

No era fácil atender el teléfono porque mi agenda como Gobernador, como me imagino que le pasa a cualquier Gobernador, era bastante densa, cargada de compromisos propios de su encargo. /Mi día comenzaba desde temprano y la agenda siempre estaba densamente cargada de asuntos por atender, ya sea en Chetumal o en cualquier otra parte del estado, o fuera de él. /Los viajes eran frecuentes, bien fueran por carretera, por avión, o circunstancialmente por barco, para ir a Isla Mujeres o Holbox).

El avión se usaba para viajes largos, usualmente a la CDMX que está a unos 1,300 Km de distancia de Chetumal, o bien para viajes no tan largos pero frecuentes, como para ir de Chetumal a Cancún que es una distancia del orden de los 350 Km, o en ocasiones a Cozumel, o a Carrillo Puerto en avión de hélice. Las giras por las comunidades, según la región del estado por recorrer, se hacían por carretera desde Chetumal, o por avión y carretera desde Carrillo Puerto o desde Cancún. /Sólo para tener una idea más clara de lo que significaba el transporte aéreo en mi vida, les diré que en una ocasión me dijo el Capitán Del Rosal que mi promedio anual de tiempo de vuelo diario, incluyendo Sábados y Domingos, era de 1 hora con 10 minutos.

Y debo platicarles que al principio de mi sexenio me subía al avión con muchos documentos para leer durante los vuelos, pero un oftalmólogo me dijo que no era conveniente, porque la vibración casi insensible del avión podría ocasionarme un desprendimiento de la retina. /Después de esto, aprovechaba los vuelos para descansar, excepto que viajara conmigo alguien con un problema urgente por resolver.

Regresando al teléfono, debo decirles que, por razones obvias, el lugar donde más llamadas recibía para plantearme asuntos por resolver, era Chetumal. /Esto era obvio, porque en Chetumal estaba mi oficina y era donde procuraba pasar la mayor parte de mi tiempo. /Me preocupaba entonces que no se generara la impresión de que no quería contestar el teléfono a quienes tenían algún problema por resolver, así fuera porque mi agenda estaba ‘muy apretada’. /Tenía que encontrar la manera de combinar las llamadas telefónicas con mi trabajo de oficina y se me ocurrió, no recuerdo la fecha, lo que les platico a continuación.

Cuando estaba en Chetumal recibía personalmente las llamadas que me hacían entre las 11 am y la 1 pm, y personalmente turnaba el asunto con alguna indicación para que se resolviera. /Antes de las 11 am y después de la 1 pm, mi Secretaria Ejecutiva, muy atenta y ejecutiva, que era la Sra. Mariajosé Canto Aguilar, tomaba nota de los datos de quien llamaba y el asunto o problema que quería plantear, para canalizarlo a la instancia correspondiente. /Esta forma de proceder seguramente me ayudó mucho a mantener un buen nivel de comunicación con los habitantes de Chetumal. /Tal vez alguien decía que no había podido hablar conmigo, pero otro decía que me había marcado por teléfono y que yo mismo le había contestado. /Lo que no sabían ambos es que uno me había llamado entre las 11 am y la 1 pm, y el otro no.

Haciéndolo de esa manera, tal vez atendía personalmente y en forma directa el 10% de las llamadas que diariamente me llegaban por mí teléfono, pero ese pequeño porcentaje se iba volviendo significativo con el paso del tiempo, porque las llamadas se acumulaban y el número de personas atendidas directamente por mí, por el Gobernador del Estado, también iba en aumento.

El teléfono del Gobernador se convirtió entonces en un medio para escuchar y atender a los quintanarroenses.

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