ANÉCDOTAS Y REFLEXIONES: La Escuela de Policía “Lealtad, Honor y Justicia”

Miguel Borge Martín

La Escuela de Policía fue una respuesta que se adelantaba al crecimiento futuro de Quintana Roo. /Estábamos a tiempo para anticipar la calidad de nuestros cuerpos policíacos a una demanda creciente de sus servicios. /No queríamos que con la seguridad pública nos pasara lo que le pasó al país con la educación al terminar la Revolución, cuando la demanda por educación era tan grande, que la calidad de la educación tuvo que subordinarse a la cantidad, y aún en nuestros días no hemos podido alcanzar los niveles de calidad que debiera tener la educación pública en México.

Teníamos que profesionalizar y hacer eficaz la atención de la seguridad pública en la entidad, y con ese propósito es que se puso en marcha la Escuela de Policía en 1990, con el objetivo de mejorar substancialmente le efectividad de los cuerpos policiacos, a través de la formación integral de agentes investigadores de la Policía Judicial y cuerpos de Seguridad Pública y Tránsito en todo el Estado.

El concepto “Escuela de Policía” era nuevo. /Se confundía lo que era una Escuela con lo que era una Academia. /En cierta forma era normal que eso pasara y se considerara a la Escuela de Policía como un sinónimo de las Academias que se ofrecían y tomaban los policías en servicio, para conocer mejor los reglamentos o manejar mejor las prácticas de detención de un delincuente, etc., en vez de pensar en una institución como la Escuela, que ofrecería a sus estudiantes una formación integral.

Se trataba de iniciar una Escuela en la que la formación de los estudiantes nos condujera a crear una nueva cultura policial, impulsando el conjunto de principios éticos y normas de conducta que guiaran el comportamiento de los agentes policiales en el desempeño de sus funciones, así como sus deberes y responsabilidades morales, asegurando acciones justas, imparciales y respetuosas de los derechos humanos y las leyes. /Los aspectos clave de este enfoque incluían la integridad, la honestidad, el respeto por la dignidad de las personas, el uso adecuado de la fuerza, la confidencialidad y la lealtad hacia el servicio y hacia la ciudadanía. /Todo ello ayuda a construir la confianza pública en las instituciones policiales por su comportamiento profesional y ético.

Fuimos afortunados en conseguir el terreno para construir las instalaciones de la Escuela. Se negociaron alrededor de 18 hectáreas del ejido Juán Sarabia, con un amplio frente a la carretera y colindancia con la Laguna Milagros en el fondo. /En la Escuela se les enseñaba a nadar a los alumnos que no sabían, y se construyó una pista para enseñar a los alumnos a conducir vehículos.

No era fácil ingresar a la Escuela de Policía. /Los aspirantes debían haber terminado satisfactoriamente la secundaria, preferentemente con un buen promedio de calificaciones, tener una estatura mínima de 1.65 m, con una edad mínima de 16 años y máxima de 23 años, y pasar pruebas de valor. /En muchos casos los aspirantes eran miembros de familias humildes o jóvenes con mala o muy mala conducta que, después de un tiempo en la Escuela de Policía, cambiaban su comportamiento.

Para formar una nueva cultura policial se diseñó un plan de estudios de 2 años divididos en 4 semestres: los dos primeros del tronco común y los otros dos de la especialidad de investigación, prevención o tránsito. /La Escuela funcionaba con la modalidad de internado, y sin ser una escuela militar, la disciplina y el orden al interior del plantel eran muy estrictos. /Como parte de la formación policial, se puso énfasis en la enseñanza de la defensa personal con técnicas de control y sometimiento. /Los propios alumnos tenían a su cargo el control y registro de las entradas y salidas de cualquier persona a la Escuela durante las 24 horas del día, y realizaban la guardia de la bandera nacional en su nicho, también durante 24 horas. /A las 9 pm en los días hábiles, todos los alumnos ingresaban a los dormitorios, para levantarse al día siguiente a las 5 am y tener sus ‘prácticas de marcha’ e izamiento de la bandera a las 6 am en la explanada principal. Después desayunaban, y de las 8 am a la 1 pm tenían lugar sus actividades académicas para después, de 1 a 2 pm, rutinas de acondicionamiento físico. /En las épocas de exámenes podían solicitar permiso para estar por las noches en la sala de lectura acompañados de un supervisor. /En coordinación con la SEDENA se logró que a los alumnos que lograran graduarse se les exentara el Servicio Militar y recibieran su Cartilla liberada. /Asimismo, en el programa académico policial se adjuntó el programa de la Preparatoria Abierta coordinado con las autoridades del ramo, para que los egresados pudieran continuar sus estudios.

LA Escuela inició en 1990 con 3 edificios de aulas. /Su crecimiento y adecuada operación fue resultado de un gran esfuerzo realizado por muchos, bajo la coordinación del Cap. Abel Aceves Castell, que siempre estuvo pendiente del proyecto para que los planes, a pesar de las carencias presupuestales, salieran adelante. /En el inicio, la SEDENA facilitó tiendas de campaña, colchones, literas, ropa de cama, etc., que pasando un cierto tiempo se pagaron. /La Comandancia de Infantería de Marina en Chetumal apoyó con la preparación de los alimentos, previo pago que hacía la Escuela, y facilitó los utensilios para la alimentación de los alumnos. /Poco a poco se fueron adquiriendo los utensilios e implementos necesarios y la Escuela se volvió autosuficiente en alimentación. /En los inicios, los WC’s fueron substituidos por letrinas ubicadas en la periferia de la propiedad. /Asimismo, con el paso del tiempo, se construyeron más instalaciones que incluían 3 dormitorios, la enfermería y el depósito de armamento y municiones. /Asimismo, se inició el edificio del comedor y la cocina que no se pudieron concluir. /El edificio para las oficinas administrativas de la Dirección y las Subdirecciones, no se pudo construir antes de que concluyera el sexenio. Las comunicaciones de la Escuela se realizaban a través de los radios de la policía.

Los alumnos con sus oficiales construyeron el ‘stand’ de tiro, la pista de obstáculos y los campos de futbol y de beisbol. /En la explanada principal se instalaron las canchas de basquetbol y volibol. /Cada Jueves, de las 18h00 a las 21h00, tenían lugar en la Escuela ANÉCDOTAS Y REFLEXIONES Miguel Borge Martín 10.Mar.25 los Jueves Sociales donde los familiares, amigos y novias visitaban a los alumnos en la escuela. /La Escuela tenía equipos deportivos en casi todas las disciplinas, que estaban registrados en las ligas locales, con lo que se apoyaba mucho su socialización.

Poco a poco se fueron adquiriendo vehículos propios para la movilización de los alumnos y del personal, así como para la compra de insumos alimentarios para 300 alumnos. /Los alumnos eran llevados a la ciudad de Chetumal los Sábados por la mañana, para regresar a la Escuela los Domingos por la noche y su traslado, que representaba un serio problema, se resolvió pasando el tiempo con la compra de 2 autobuses escolares. /Se volvió un evento social muy importante en Chetumal, el que tenía lugar los Domingos a las 8 de la noche, cuando los alumnos se reunían en la plazoleta ubicada donde inicia la Avenida de los Héroes para abordar los autobuses que los llevaban de regreso a la Escuela, despidiéndose vestidos con su uniforme de gala de sus familiares y amigos.

Con relativa frecuencia la Escuela era visitada por personalidades del gobierno, de la política y del entorno social. /El Procurador General de Justicia de la Nación de aquel entonces visitó la Escuela y quedó encantado de conocerla y de las demostraciones que le hicieron los alumnos de lo que estaban aprendiendo; y como resultado de esta visita le obsequió a la Escuela 3 portafolios completos de criminalística. /También fueron recibidos, entre otros tantos visitantes, el Primer Ministro de Belize, George C. Price, y el Presidente de la República, Carlos Salinas de Gortari. /A mí me gustaba mucho presumir la Escuela.

La primera generación se graduó en Enero de 1992 y se incorporó de inmediato a las tareas de seguridad, donde deberían prestar sus servicios durante 3 años, tiempo en el cual podrían terminar su último año de Preparatoria, para aspirar a continuar sus estudios de licenciatura. /Sin embargo, antes de que eso fuera, hubo necesidad de resolver cómo se daría la inserción de los jóvenes policías egresados de la Escuela con buena remuneración y una formación profesional, con los policías en activo, de mayor edad y muchos años de servicios. /Esto se consiguió llevando como internos a los policías antiguos durante un mes a la Escuela, donde actualizaron sus conocimientos, y conocieron y practicaron hábitos propios de la formación de los egresados, mejorando sus capacidades profesionales y creando vínculos de amistad y camaradería.

La Escuela de Policía fue tomado como un modelo pedagógico regional y se convirtió en una referencia para la preparación policial al servicio de la comunidad. /A mí me parecía importante que lo que estábamos haciendo en Quintana Roo a través de nuestra Escuela de Policía, se replicara en una especie de red de Escuelas Regionales de Policía, con tal vez 8 o 9 planteles en diferentes puntos de la geografía nacional, y le planteé esa posibilidad a la Secretaría de Gobernación, pero no llegó a concretarse.

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