Por Felipe Lizama Jr.
Cancún, Quintana Roo – Las obras del Tren Maya, una mega-obra emblemática del gobierno federal, han traído consigo un efecto colateral inesperado: la escasez de hielo en la Península de Yucatán. Este recurso es esencial en la construcción del ferrocarril, utilizado para mantener fresca la maquinaria y controlar la velocidad de fraguado del cemento en el calor característico de la región.
Según datos de la Cámara Nacional de la Industria de Transformación (Canacintra), las obras del Tren Maya consumen alrededor de 100 toneladas de hielo al día. Esto ha generado un aumento en el precio del hielo, que en algunos casos ha llegado a duplicarse.
El uso intensivo de hielo en las obras ha llevado a una alta demanda de este recurso en la península, desencadenando la necesidad de importarlo de fábricas en Guatemala. Esta situación ha impactado en diversas actividades comerciales y lúdicas locales, como la captura de pulpo y el turismo, que dependen en gran medida del suministro de hielo para mantener la frescura de sus productos y asegurar una experiencia óptima para los visitantes.
Las altas temperaturas en la región, particularmente durante esta temporada, hacen que el uso de hielo sea esencial para mantener en óptimas condiciones tanto la maquinaria utilizada en las obras del Tren Maya como los materiales de construcción. Sin embargo, este aumento en la demanda ha generado una presión significativa sobre la oferta de hielo, agotando rápidamente los recursos disponibles y generando un desbalance en la distribución de este recurso básico.
La importación de hielo desde fábricas guatemaltecas ha sido una medida necesaria para suplir la demanda en la península. Aunque ha permitido continuar con las obras del Tren Maya, ha tenido un impacto negativo en las actividades económicas locales que también dependen de este recurso.
Este escenario pone de manifiesto la importancia de planificar y gestionar de manera adecuada los recursos necesarios para mega-proyectos de esta magnitud. La coordinación entre los sectores involucrados y la implementación de estrategias sostenibles son fundamentales para mitigar los efectos secundarios inesperados y garantizar un equilibrio adecuado entre las necesidades de la obra y las de las comunidades locales.
Atenaza el crimen organizado a trabajadores y directivos
Sobre el mismo tema, hay numerosos episodios del crimen organizado atenazando a trabajadores y directivos en las obras del tren maya en toda la región. Hay asaltos a proveedores, como es el caso de los empleados que surten de hielo y otros insumos necesarios para los trabajos y los trabajadores.
La construcción del Tren Maya, un proyecto de gran envergadura para el desarrollo de la región, pero se enfrenta a un desafío significativo: la presencia y actividad del crimen organizado en la zona, generando una constante amenaza a trabajadores y proveedores en diversas áreas de la península.
Uno de los efectos más preocupantes es la serie de asaltos y presiones ejercidas por grupos delictivos en trabajadores y proveedores encargados de suministrar insumos esenciales para la obra, como hielo y otros materiales. Los proveedores, que abastecen estos recursos esenciales, se han convertido en objetivos recurrentes para el crimen organizado, poniendo en peligro tanto la continuidad de los trabajos como la seguridad de los empleados.
Los asaltos afectan incluso a los proveedores de hielo, vital para mantener la maquinaria en óptimas condiciones. Esta situación genera retrasos y complicaciones en el desarrollo de las obras, poniendo en riesgo la agenda establecida para el Tren Maya.
Además, los trabajadores en las distintas áreas de construcción también se ven amenazados por el crimen organizado. La presión ejercida por estos grupos delictivos representa un riesgo para la integridad física y emocional de los empleados que están involucrados en este ambicioso proyecto de infraestructura. La incertidumbre y el miedo a posibles represalias han creado un ambiente tenso y peligroso en el entorno laboral.
Ante esta situación, se hace evidente la necesidad urgente de reforzar la seguridad en las zonas de construcción y garantizar la protección de los trabajadores y proveedores esenciales. Las autoridades deben coordinarse estrechamente con las fuerzas de seguridad para establecer estrategias efectivas que permitan disuadir y combatir la actividad criminal en la región, brindando así un entorno seguro y estable para la realización de esta mega-obra y para la vida cotidiana de los habitantes de la península.
Hombres armados asaltan y secuestran empleados de venta de hielo
En uno de los casos más recientes, un grupo de hombres armados asaltaron un camión que transportaba hielo para las obras en el tramo 4, que va de Palenque a Escárcega. Los delincuentes robaron el cargamento y secuestraron al conductor, que fue liberado horas después.
En otro caso, un grupo de hombres armados irrumpieron en un campamento de trabajadores en el tramo 5, que va de Escárcega a Tulum. Los delincuentes robaron dinero y equipo, y secuestraron a un trabajador, que fue liberado al día siguiente.
Estos episodios de violencia han generado un clima de inseguridad en las obras del Tren Maya. Los trabajadores y directivos temen por su seguridad, y las empresas proveedoras están reticentes a trabajar en la región.
El gobierno federal ha reconocido la presencia del crimen organizado en las obras del Tren Maya, pero ha asegurado que se están tomando medidas para combatirlo. Sin embargo, estas medidas aún no han tenido un impacto significativo.
Además, la violencia está afectando la moral de los trabajadores, que temen por su seguridad. Esto está generando una rotación de personal, lo que está dificultando la ejecución de las obras.