En una sentencia emitida el treinta y uno de enero del año dos mil veinticuatro, el acusado J.S.P fue condenado a 50 años de cárcel por el delito de feminicidio en agravio de M.C.N.F, quien en vida respondía a esas iniciales. El fallo se produjo tras un exhaustivo proceso judicial que puso al descubierto una trágica historia de violencia doméstica.
La fatalidad se desencadenó el seis de junio de dos mil veintiuno, cuando elementos policiales, en medio de un recorrido de prevención y vigilancia, recibieron un reporte a través del número de emergencia 911. El informe señalaba un problema familiar y posibles agresiones a una mujer en la colonia Libertad de Cancún. Al llegar al lugar, dos testigos indicaron que su vecina, M.C.N.F, había sido golpeada y se encontraba sin reacción en el domicilio. El esposo, identificado como J.S.P, permitió el acceso a la vivienda. En el interior, sobre una cama yacía la víctima, cubierta con una sábana, evidenciando golpes en el rostro y en diversas partes del cuerpo. Lamentablemente, la mujer ya no presentaba signos vitales.
Los testigos relataron que la víctima era habitualmente objeto de maltrato y que solía justificar las lesiones como producto de accidentes o «golpes de ramas». Además, destacaron que el acusado era una persona violenta y agresiva, habiendo escuchado gritos de auxilio en varias ocasiones.
El proceso legal culminó el once de enero de dos mil veinticuatro, cuando el Juez del Tribunal de Juicio Oral de Cancún, Quintana Roo, emitió un fallo condenatorio después de un riguroso análisis de todas las pruebas presentadas, enfocándose en una perspectiva de género. Se consideraron configurados los elementos del tipo penal de feminicidio, estableciendo que J.S.P fue responsable de la muerte violenta de M.C.N.F.
Es relevante señalar que, durante todas las audiencias del juicio, el acusado J.S.P estuvo acompañado por un intérprete del dialecto MAM, garantizando así su derecho a ser asistido por personas intérpretes con conocimiento de su lengua y cultura. La sentencia de 50 años de cárcel envía un claro mensaje de que la violencia de género no será tolerada, reafirmando el compromiso de la justicia en la protección de los derechos de las mujeres.