La Jugocopo sería de tres años, como antes fue la Gran Comisión

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Por Antonio Callejo

+ Ayudaría a llevar a cabo proyectos de más largo alcance, tanto en la labor legislativa que tendría más tiempo para consultas y estudios, o incluso obras como la `cafetería de la discordia´

+ “Mara no tiene derecho a vacaciones, ni a consultas médicas y menos para tomarse un tiempo con su familia”, es la narrativa chetumaleña luego de las lluvias que la anegaron. Cachetada con guante blanco: La gobernadora les exhibe 3,080 toneladas de basura en las calles (¿Y Yensunni qué hacía?)

Cancún, Quintana Roo. – Es altamente probable que se modifique el plazo de duración de cada periodo de la Junta de Gobierno y Coordinación Política (Jugocopo), del Congreso local, para que regrese a los tres años que tenía cuando la figura se denominaba la Gran Comisión.

Si se decide hacer esta reforma, estaría a cargo de la actual Legislatura que está por concluir, para que el cambio aplique a partir de la entrante XVIII (Décimo octava). Claro que está el pequeño detalle de que esta vuelta al pasado agravie a los partidos políticos que quedaron en segundo y tercer lugar, pues perderían la oportunidad de presidir la Jugocopo. Y no tanto agravio pues, en este caso quedó segundo el Partido Verde, que ya presidió ese órgano de gobierno, incluso con el mismo legislador que también repite.

En contraparte, la Gran Comisión se integraría con representantes de todos los partidos, aunque su presidente será electo de entre los legisladores del partido que hubiera obtenido más votos. O sea, tal y como era antes. Por cierto, para ello se perfila Jorge Sanen.

El cambio traería la ventaja de continuidad en proyectos de mediano o más largo alcance, que de momento casi tienen que restringirse al periodo de un solo año.

El ejemplo más claro es la cafetería de la `discordia´.

Este proyecto, que consiste en un área digna para que los empleados del Congreso puedan consumir alimentos, se ha utilizado para una extraña narrativa que mezcla un presunto valor histórico del inmueble que ocupa el Poder Legislativo, y presuntos intereses aviesos que buscan hacerse millonarios con la obra de remodelación.

Es una comedia de enredos.

El proyecto no es, como se ha venido contando, idea original ni proyecto personal de Humberto Aldana Navarro, quien pasó brevemente por la Legislatura local, pues se fue de candidato a diputado federal y de eso va a trabajar próximamente.

No es, entonces, una herencia para la actual diputada Jissel Castro, quien ha asumido un innecesario costo político por ese proyecto, que sí representa un alivio para los empleados de ese Poder.

El proyecto fue presentado originalmente en el año 2022, al llegar Renán Sánchez Tajonar a la Jugocopo. Se presentó en su propuesta de presupuesto, aprobado primero por los legisladores y luego acogido por la Secretaría de Finanzas y Planeación.

La cafetería de marras no se hizo por razones que luego podría explicar Sánchez Tajonar, quien fue reelecto como diputado local, y en todo caso, conservarlo como proyecto para el 2024 con Aldana Navarro, fue un reconocimiento a la necesidad de concretarlo. Y una cortesía entre pares.

Vale aquí decir que, a final del día, los ejercicios fiscales de las legislaturas o de sus órganos de gobierno, gozan de una impunidad histórica en Quintana Roo. Casi nunca se dan a conocer sus auditorías y menos sus inconsistencias. Menos todavía se han sancionado de alguna manera faltantes.

Volviendo a la cafetería.

Como se ve en el texto que acompaña la columna, en su momento se indicó que el costo para hacerla realidad sería de tres millones 500 mil pesos. En su actualización se prevé que cueste cinco millones de pesos, y no 14 millones, como se ha venido exponiendo en esa narrativa estraña que quiere ver un dramático `lado oscuro´para un asunto tan sencillo.

A continuación reproducimos aquí el texto que presentó y firmó Sánchez Tajonar en 2022, para justificar este proyecto que se realizaría en principio en 2023.

Este es el texto:

1.9.1 PROYECTO DE CONSTRUCCIÓN Y EQUIPAMIENTO DE UNA CAFETERÍA Y UN

ÁREA DE LACTANCIA AL SERVICIO DE LOS TRABAJADORES DEL PODER

LEGISLATIVO

Justificación.

Como es del dominio público las Sesiones de las Comisiones, de trabajo y del Pleno de la Legislatura se realizan en horarios que muchas veces exceden la jornada laboral estipulada en la Ley Federal del Trabajo y en la Ley de los Trabajadores al Servicio de los Poderes Legislativo,

Ejecutivo y Judicial de los Ayuntamientos y Organismos Descentralizados del Estado de Quintana Roo, teniendo que disponer de los servicios del personal de Apoyo y Asistencia Legislativa, de Asesores y del propio personal del Congreso para poder llevar a cabo las labores legislativas.

Así mismo, en otras ocasiones se celebran de acuerdo con la Ley Orgánica del Poder Legislativo y con la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos y de la propia Constitución Local, Sesiones Solemnes o Extraordinarias incluso en días inhábiles, por lo que se cita al personal antes señalado para asistir a los Diputados de esta XVI Legislatura para cumplir con su quehacer legislativo.

Derivado de lo anterior, es menester de este Poder Legislativo contar con espacios adecuado y acorde a las necesidades del personal que día a día labora profesionalmente en beneficio de las labores de los legisladores, del Congreso del Estado y de la población quintanarroense.

En tal virtud, en el presente documento de Presupuesto se presenta este Proyecto vía Ampliación Presupuestal para la Construcción de una Cafetería y un área de lactancia y su equipamiento que satisfaga las necesidades básicas del personal de Apoyo y Asistencia Legislativa, de los Órganos Técnicos y Administrativos y de los propios Legisladores.

Para realizar los trabajos antes mencionados, este Poder Legislativo requiere un presupuesto adicional para la contratación de los Servicios de Obra Pública para la Construcción de la Cafetería y Área de Lactancia y su equipamiento, por un monto de $3,500,000.00 (Son: Tres millones quinientos mil pesos 00/100 M.N.) para los meses de febrero a julio de 2023.

LA GOBERNADORA MARA LEZAMA, SIN DERECHO A VACACIONES

Si se checan las redes sociales y su comentocracia relativa a las fuertes lluvias que inundaron varias colonias de la capital de estado, hay reclamos muy sentidos que pedían que la mandataria estatal acompañara de forma presencial a las personas en esa situación.

Hay numerosos comentarios de personas que celebraba, incluso con las carcajadas que se describen con “ja ja ja”, asumiendo que la gobernadora habría interrumpido un periodo vacacional para acudir al llamado de los quejosos.

Mara Lezama ya pasó hasta la Navidad en Chetumal y ha dedicado numerosos programas de gobierno para el Sur del estado.  No se sabe que haya tomado vacaciones desde hace por lo menos dos años.

Pero por alguna razón, el ciudadano considera que así debe de ser.

El punto es que Mara Lezama fue a Chetumal de inmediato y se quedó allí para supervisar las obras de atención a los anegados chetumaleños. Se puso a desazolvar alcantarillas, a repartir ayudas alimentarias y hasta replicó el programa de entrega de enseres que le sirvió a AMLO para que los acapulqueños lo amaran de nuevo.
Les dieron, como dice el poema chilango, “Estufas, colchones, refrigeradores…”. Y más.

Y como `cachetada con guante blanco´, Mara publicó muy enfáticamente el resultado de su rauda campaña de limpieza.

Más de 3,080 toneladas de basura en las calles, que obviamente contribuyeron notoriamente a tapar las alcantarillas y los pozos de desfogue pluviales.

Una ciudad tan sucia tenía que pagar las consecuencias.

Y es cierto que las lluvias fueron atípicas. Pero sin 3,080 toneladas de desechos taponando esos desagues, otro hubiera sido el efecto y las secuelas.

Por cierto, Yensunni Martínez ya tiene tarea.

Una intensa campaña de conciencia sobre la disposición de los desechos no vendría mal, y sobre todo si predicara con el ejemplo. Si los chetumaleños abominaron sos fotos presumiendo vestidos de fiesta, ya se sabe que disfrutan más si ven a sus gobernantes agachados, recogiendo la basura y desasolvando pozos.

Yensunni, a darle pues.

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