
DESTRIPACUENTOS
Por Antonio Callejo
+ Hay quién se pregunta cómo se resolverá la candidatura al gobierno del Quintana Roo. La respuesta está en un choque de altura
+ Claudia Sheinbaum vs. Andy López Beltrán, la lucha por el control de 16 gubernaturas
Cancún, Quintana Roo. – El proceso electoral de 2027 en México no solo representará la renovación de gobiernos estatales en 16 entidades, sino que marcará una batalla interna dentro de Morena que definirá el futuro del partido y, posiblemente, del país.
La presidenta Claudia Sheinbaum Pardo y el secretario general de Morena, Andrés (Andy) López Beltrán, se enfrentarán, ya lo hacen de forma implícita, por la hegemonía política en el partido fundado por el expresidente Andrés Manuel López Obrador.
Desde su llegada al poder, Sheinbaum ha apostado por construir su propio proyecto político, con Omar García Harfuch, secretario de Seguridad Ciudadana, como una de sus figuras más cercanas y una posible carta para la sucesión en 2030.

Harfuch tiene un respaldo estratégico en el Ejército Mexicano, un actor clave en la política empresarial, además de la de seguridad nacional.
En contraste, Andy López Beltrán representa la continuidad del lópezobradorismo bajo un esquema similar al Maximato, lo que podría considerarse El Obradorato, es decir, el intento de prolongar la influencia del expresidente a través de su hijo y operadores políticos cercanos.
Con una estrategia extremadamente pragmática (de tal palo tal astilla), Andy López realiza una campaña de afiliación y reafiliació a su Morena, en donde está confirmando aliadas más que impresentables, como los casos del ex panista Miguel Ángel Yunes y el ex priísta Alejandro Murat, hoy investidos de guinda `burgandy´, con ropajes nuevos y lavados con el `cloro´desinfectante de la aprobación obradorista.


La pugna entre Sheinbaum y Andy no es menor. Morena es, sin duda, la fuerza dominante en el país, y la repartición de las 16 gubernaturas en juego será un indicador de quién se perfila con mayor control dentro del partido y de la sucesión presidencial en 2030.
Las entidades que elegirán nuevo gobernador son: Baja California, Baja California Sur, Campeche, Chihuahua, Colima, Guerrero, Michoacán, Nayarit, Nuevo León, Querétaro, Quintana Roo, San Luis Potosí, Sinaloa, Sonora, Tlaxcala y Zacatecas.
Cada uno de estos estados representa un reto particular para Morena, pero el verdadero campo de batalla está dentro del propio partido. La gran interrogante es cuántas candidaturas se asignarán a cuadros afines a Sheinbaum y cuántas a los de Andy López Beltrán. La lógica política indicaría que la presidenta, como jefa del Ejecutivo y gran electora, debería tener la mayor injerencia. Sin embargo, el peso de Andy dentro de Morena y su vínculo con los operadores originales del lopezobradorismo lo convierten en un rival de cuidado.
El Ejército juega un papel fundamental en esta ecuación. Con Harfuch en la esfera de influencia de Sheinbaum, las fuerzas armadas podrían inclinar la balanza en algunas candidaturas, sobre todo en estados donde la seguridad es un tema prioritario. Por otro lado, Andy López Beltrán cuenta con el respaldo de estructuras construidas desde el sexenio de su padre, lo que podría garantizarle posiciones clave en la designación de candidatos.
Otro elemento a considerar es la reacción de la oposición. PAN y PRI buscarán capitalizar esta fractura interna para ganar terreno en estados estratégicos como Nuevo León y Chihuahua, donde han mantenido una presencia competitiva.
La gran pregunta: ¿Para quién serán las 16 gubernaturas?
El resultado de estas elecciones no solo definirá el rumbo de 16 estados, sino también el futuro de Morena y de la sucesión presidencial de 2030. ¿Cuántos estados quedarán bajo el control de Claudia Sheinbaum y cuántos en manos de Andy López Beltrán? Esa es la duda central en esta contienda interna que podría transformar la política mexicana en los próximos años.