Calles desoladas, negocios cerrados y el centro de Quito militarizado. Un Ecuador sumido en «estado de guerra» enfrenta al poder del narco bajo un clima de pánico y hartazgo. Desde el domingo las numerosas bandas criminales y narcotraficantes han exhibido su fuerza en represalia por los planes del presidente Daniel Noboa de doblegarlos con mano de hierro.